By Juan Mesa
El Defensor Michael Orozco tiene pocos goles en su registro, pero uno de ellos fue suficiente para que familiares, entrenadores y compañeros lo llamen “El histórico.”
La anotación sucedió el 15 de agosto del 2012 en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. Ese día Orozco anotó el gol de la victoria de 1-0 de Estados Unidos sobre México en un partido amistoso. Fue el primer triunfo para la selección de las Barras y las Estrellas en su historia en suelo mexicano.
“En mi corazón fue un sueño,” recuerda Orozco desde su casa en Tijuana, Baja California. “Jugar con la selección de Estados Unidos contra México en el Azteca, y darle la victoria a mi país es algo de lo que me siento orgulloso. Guardo una publicación de ese día.”
Sin duda este es el momento más simbólico de la carrera del jugador mexicano-estadounidense. Orozco creció siguiendo la liga mexicana y viendo partidos de El Tri, pero optó por representar a Estados Unidos a nivel internacional.
“Soy feliz de representar a Estados Unidos en cada juego y en cada minuto,” dice Orozco. “Mis padres siempre me apoyaron y están felices de que escogí a Estados Unidos. Es el país donde nací y es el país que le ha dado oportunidades a mí y a mi familia. Me motiva mucho que mi familia me haya apoyado.”
Sin embargo, la carrera profesional de Orozco ha transcurrido en México la mayor parte del tiempo. El defensa debutó con el San Luis en el 2006, y allí estuvo hasta el s2010 cuando se pasó al Philadelphia Union de la MLS. Volvió a San Luis por dos años para luego firmar con Puebla, club con el que jugó dos temporadas. En el 2015 llegó a los Xolos de Tijuana, su club actual.
Ser seleccionado estadounidense y jugador profesional en México lo ha enriquecido en muchos aspectos, pero recorrer los dos mundos no ha sido sencillo.
“Algunas veces es difícil cuando llegan estos partidos internacionales contra México porque no recibes buenos comentarios,” dice Orozco. “Pero hay que estar enfocado porque al final siempre habrá compañeros que están o no de acuerdo con la selección con la que juegas o con el país al que representas. El no jugar para México es algo que a los mexicano-estadounidenses nos toca responder bastante.”
No obstante, la vida en Tijuana ha tenido un impacto más que positivo en Orozco. Allí se encuentra más cerca de casa, su familia disfruta vivir al lado de la playa, y en lo deportivo se ganó un puesto en la alineación titular del equipo que dirige Miguel “Piojo” Herrera.
“Estoy a una hora y media de Anaheim, que es donde viven mis padres,” afirma Orozco. “Ahora los puedo ver cada dos semanas en lugar de cada tres o cuatros meses.”
En la mente de Orozco, la ciudad fronteriza es el futuro de su familia. Cuando no está entrenando supervisa la construcción de su nueva casa sobre la playa o pasa tiempo con sus hijas, dos niñas de cuatro y seis años que reciben la educación en inglés y español por igual, otra de las ventajas de vivir en la frontera. El zaguero aspira a jugar con Xolos por mucho tiempo.